Los humanos, como mamíferos, son una especie un tanto atípica, pues a diferencia de la mayoría de ellos, son de hábitos diurnos, tienen el sentido del olfato poco desarrollado y se comunican con el mundo principalmente a través de la vista y el oído. También la mayoría de las aves son diurnas, tienen un sentido de la vista muy desarrollado y un olfato pobre. Quizá esa sea una de las razones de nuestra afinidad con estos seres aéreos y del vivo atractivo visual y sonoro que nos provocan. Dentro de la biología, el número de los ornitólogos es bastante nutrido y existe también un número importante de aficionados que crece continuamente y se preocupan activamente por la conservación de estos seres emplumados. Otra razón que hace a este grupo tan popular, es que a diferencia de otros vertebrados, su estudio requiere relativamente pocas herramientas. Piénsese en las dificultades técnicas, logísticas y económicas que implica el estudiar ballenas o mamíferos nocturnos en comparación con salir en un día soleado y observar a estos maravillosos organismos, armados tan solo con unos binoculares, una libreta y una guía de campo. Es por ello que las aves son un grupo idóneo para experimentar y apreciar la naturaleza, para tener una vivencia interna de la biodiversidad.

Dos ideas fueron las que motivaron la elaboración de esta guía. La inicial fue dar a conocer las diferentes especies de aves que pueblan el Campus II de la FES Zaragoza. A los estudiantes que llevábamos por primera vez a realizar una visita guiada por las áreas verdes de este campus, les sorprendía y les emocionaba descubrir aves que nunca se hubieran imaginado tan cercanas. Muchos conocían a las más comunes, como las tortolitas, los zanates o los gorriones, pero el percatarse de que con solo un poco de atención podían descubrir el rojo espectacular de un cardenalito o al carpintero posado sobre el poste de luz les resultaba frecuentemente una experiencia emocionante. Surgió entonces la segunda idea: ¿Por qué no proporcionarles una herramienta que les facilitara la observación de aves y los alentara a desarrollar su curiosidad natural? Fue así que decidimos elaborar esta guía en un formato digital, que resultara atractivo para estas nuevas generaciones tan afectas a las pantallas.

Gracias al apoyo generoso de la UNAM a través de la DGAPA, pudimos llevar a cabo este proyecto (PAPIME 205015). Tenemos la esperanza de que esta guía pueda servir para apoyar y reforzar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la biodiversidad, un tema central de la biología y de varias de las materias que se imparten en la Carrera de Biología de esta facultad, como son Biogeografía, Sistemática y los Laboratorios de Integración Formativa (LIFs) de la línea curricular de Biología Comparada. La guía contiene imágenes originales sobre las especies de aves que fueron registradas a lo largo de un año, con ligas que proporcionan información taxonómica (nombre científico y común; señas de campo), ecología, alimentación, anidación, distribución, canto, hábitat, datos curiosos y bibliografía. Se acompaña además con cuestionarios y juegos para el reforzamiento del aprendizaje. Si bien la guía está dirigida a estudiantes de biología de la FES Zaragoza, puede ser consultada libremente a través de la página de la FES Zaragoza por cualquier persona interesada.

La guía incluye capturas fotográficas de 49 especies de las 310 que se estima habitan la ciudad de México. Ello significa que en el Campus II de la FES Zaragoza, que mide tan solo unas 10 hectáreas, de las cuales más o menos la mitad son áreas verdes, se presenta aproximadamente el 16 % de las aves de esta gran urbe, sin contar al menos otras dos decenas más, que si bien registramos, no tuvimos la fortuna de poderlas capturar en imagen. Esas especies quedarán para incluirse en una segunda edición, si la DGAPA lo permite. Los nombres comunes y científicos que empleamos se basan principalmente en la propuesta de Berlanga et al. 2015. El ordenamiento en que se presentan las familias y especies también se basa en esta obra, la cual a su vez se basa en la clasificación de la American Ornithologist Union de 1998 y sus actualizaciones hasta el suplemento publicado en 2015. De este mismo trabajo se obtuvo la categoría de riesgo de las especies. Si bien es loable el esfuerzo de los autores de este trabajo por homogenizar los nombres comunes de las especies de aves mexicanas, nos resultó difícil dejar de lado otros nombres vernáculos muy arraigados.