Familias de primera generación

Se refiere a las familias que no tienen antecedentes de personas con estudios de educación superior y sin experiencia en este nivel educativo. Por lo general, estas familias desconocen el ambiente y sienten que tienen poco o nada que aportar a la formación de su alumna o alumno universitario.

En la UNAM, siete de cada diez alumnos provienen de familias de primera generación y por esta razón la Universidad y de forma particular la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, ponen recursos que apoyan el proceso de adaptación al medio universitario, que disminuyen las tensiones y que permiten que las familias y el alumnado comprendan las situaciones que enfrentarán durante el primer año de la licenciatura.

Una tarea fundamental de estas familias es dar acompañamiento y ser empáticas con su alumna o alumno universitario porque ayuda en la disminución del choque cultural que implica el acceso a la universidad.

Expectativas de las Familias

Estas expectativas de las familias tienen la cualidad de desarrollar o limitar las creencias, autoestima y autoeficacia de las alumnas y los alumnos. Lo mejor es que las familias mantengan expectativas razonables y alcanzables, aceptando que todos somos diferentes y se va mejorando en el camino.

Se sugiere no hacer suposiciones, buscar el equilibrio entre las expectativas, deseos y anhelos familiares; dialogar sobre las expectativas familiares y necesidades de las estudiantes y los estudiantes para que se sientan satisfechos con sus propios resultados; y aceptar los errores y encontrar la motivación para continuar como familia el camino en la universidad.

Importancia del Primer Año de la Licenciatura

El primer año de la licenciatura es crucial porque determina la continuación o la deserción del proyecto educativo de las jóvenes y los jóvenes que ingresan a educación superior.

Para enfrentar de la mejor manera esta etapa, las familias debe establecer normas de conducta, buena comunicación, acompañamiento para que la estudiante o el estudiante se adapte al sistema social e intelectual y aconsejarle para que se haga responsable de sus decisiones de vida personal y académica.

La adaptación a la universidad es un proceso complejo que experimenta el alumnado de nuevo ingreso; durante este, se generan cambios significativos en la formación académica, la personalidad y el panorama social.

Apoye a su Estudiante

Las familias han sido el pilar para que la estudiante o el estudiante se encuentre en este nivel de estudios porque le han acompañado y aportado actitudes que estimulan su avance académico. El hecho de que la estudiante o el estudiante se encuentre en la universidad ha requerido de la familia inversión de recursos financieros, pero la universidad requiere, adicionalmente, de tres apoyos invaluables que la familia debe proveer a la estudiante o el estudiante; estos apoyos son: ampliar las palabras que usan en su lenguaje cotidiano, acudir a una actividad cultural al menos una vez cada dos o tres semanas y promover un ambiente familiar lo más estable posible.

Las Familias Manténganse Informadas

La mejor manera de estar informados es que se mantenga una buena comunicación. Al menos un integrante de las familias debe entablar este proceso con la estudiante o el estudiante; independientemente del estilo de comunicación que mantengan este ejercicio debe resultar cómodo para ambas partes.

El respeto a la vida y desempeño académico es la mejor estrategia de las familias para estar al tanto de lo que ocurre en la universidad. En caso de que la estudiante o el estudiante tenga problemas académicos, anímenle a solicitar apoyo en la facultad y hágale saber que la familia está para acompañarle siempre, especialmente en las situaciones complejas.

Cambios de la Estudiante o el Estudiante

El alumnado de nuevo ingreso a la universidad experimenta cambios importantes en las dinámicas familiares y escolares; así como cambios en su forma de socializar, de pensar, de expresarse, de resolver situaciones y de actuar.

Al principio pueden presentar sentimientos de inquietud, tartamudeo y dificultades para hablar, tono de voz nervioso, insomnio y/o dificultades para conciliar el sueño, y conductas de evitación de la carga académica, dudas vocacionales e incomodidad social; esto disminuirá con el transcurrir del tiempo; en caso de que no sea así, deben platicarlo y buscar apoyo de un orientador educativo de la facultad.