1. Inicio
  2. /
  3. Pedagogías del sabor. Un...

PEDAGOGÍAS DEL SABOR

Autores: Azucena Ojeda Sánchez, María Luisa Ponce López, Brenda Magali Gómez Cruz, Yoalli Gómez Cruz, Caridad Rangel Yepez, Antonio Gómez Rubio
Editor: UNAM, FES Zaragoza
Año: noviembre 2020
Peso: 4.5 MB
ISBN: 978-607-30-3696-2

Descripción:

Vivir es percibir el mundo con los sentidos. A cada instante estamos expuestos a estímulos sensoriales como ver, oír, tocar, oler, saborear, con lo cual producimos metáforas (frases cotidianas como “costó un ojo de la cara”, “me suena bien” “me dejó un buen sabor de boca”, “el mundo apesta”, “tocar su alma”, “sentí su energía”, aluden a formas de interpretar contextos específicos a través de los sentidos), y con ello, creencias, normas, valores, historias, modos de vida, esto es, son dinamizadores culturales.

Así, las experiencias constituyen mediaciones itinerantes en un espacio tiempo determinado que se dan en las relaciones del estar-en-el-mundo de los sujetos (Scribano, 2008). Se trata de una relación dialógica entre el yo y los otros que configuran abstracciones de la percepción, la emoción, las formas de ser, hacer y saber de cada sujeto en su cotidianidad. El antropólogo francés David Le Breton (2007), dice al respecto que la percepción del mundo que nos rodea, es el resultado de una educación culturalmente codificada y de una experiencia personal única. Por tanto, los sentidos producen en nuestra subjetividad, un mapa del mundo.

De todos los sentidos, acá nos detendremos en el gusto. A decir de Le Breton (2007), el gusto es un “objeto sensorial total” debido a las numerosas sensaciones gustativas y táctiles que provoca: “el gusto por la alimentación, la percepción del alimento en boca, es una conjunción sensorial que mezcla el aroma de los alimentos con su tactilidad, su temperatura, su consistencia, su apariencia, su olor”, pero además se integra su dimensión afectiva con ciertos alimentos. Más aún, los sabores, se subdividen según la clase social, la región, la edad, la raza. Le Breton señala que una forma común de burlarse de otro es a través de su dieta: “Al actuar sobre el cuerpo físico, la sociedad revela un discurso acerca de su funcionamiento global, le da nombre a sus temores y sus fortalezas”

La comida además emerge en un espacio físico y emocional del hogar: “La comida hecha con amor”, “comida de hogar”. La palabra “hogar” viene de fogón, del sitio donde nace el fuego (de fóculo, fogaje, fogar, fogaril). Es aquella que nutre, transforma y da sentido a lo íntimo; recrea el servicio básico y amoroso del comedor tradicional (Vélez, 2013). De hecho, la cocina fuera del hogar también contiene un gesto de cuidado y restauración del malestar, nace luego de un cambio social en la dieta en 1765, cuando un cocinero se propuso vender sopas calientes en un local de París anunciadas con un cartel que decía “venid a mi casa hombres de estómago cansado que yo os restauraré” y los comensales empezaron a llamar al local como restaurant (Bertone et al., 2013).