Por primera vez se detectó en la Ciudad de México la presencia de una rana endémica de zonas cálidas de nuestro país (rana fisgona); el descubrimiento fue hecho por integrantes del Laboratorio de Sistemática Molecular de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, a cargo del doctor Uri Omar García Vázquez.
Diego Iván Sánchez Aguilar, egresado de la licenciatura en Biología y aplicante a la maestría, fue quién ubico al ejemplar, grabó el audio de su canto característico en forma de silbido, y tras escucharlo se determinó que podría tratarse de la Eleutherodactylus nitidus por lo que era necesario recolectar un ejemplar.
En el panteón Xilotepec, en la alcaldía de Xochimilco se realizó la colecta y tras hacer un análisis de ADN y la revisión morfológica, se identificó a la especie como Eleutherodactylus nitidus, conocida como rana fisgona.
“Consultamos de manera bibliográfica, en una base pública y no había nada, es el primer registro de esta rana en la ciudad. Hicimos un trabajo de colecta, cerca de las 8 de la noche que es cuando están más activas, en la época de lluvias salen y cantan para reproducirse”, explicó Diego Iván.
Estas ranas son endémicas de nuestro país y se les ubica en estados como Guerrero, Oaxaca, Puebla, Morelos y Tlaxcala, nunca antes se había reportado su presencia en la Ciudad de México. Ahora toca investigar cómo y por qué llegaron a la capital del país, una región altamente urbanizada; por el momento se manejan dos hipótesis: el aumento en la temperatura de la ciudad y su introducción a través de plantas ornamentales.
“Xochimilco es un gran productor de plantas ornamentales, es posible que la rana haya venido de Morelos; aunque la distribución puede ser también natural por la cercanía con los estados en los que habita”, indicó.
Por su parte, el doctor García Vázquez, indicó que hay una rana similar que hace ese silbido, endémica de la ciudad, pero que habita en la zona del pedregal; por eso se decidió secuenciarla. “Creemos que el aumento en la temperatura le ayudó, ya sea a llegar acá o a que la trajeran y se estableciera. Grabamos decenas de ranas cantando”.
Hay que ver qué pasa en los siguientes años, indicó; pero de momento es evidente que ya está establecida en la ciudad, “queremos ver qué tanto se está extendiendo, seguramente no está restringida al panteón”.
El estudiante de maestría Víctor Gabriel Castillo Sánchez y el prestador de servicio social André Montero Vachier participaron con los experimentos de ADN; los resultados de la investigación fueron publicados recientemente en la revista europea CheckList.



