Tras reflexionar sobre la necesidad de mayor desarrollo en la atención farmacéutica en el país, y de acceso a la salud para las comunidades indígenas, Alan Yahir González Verdugo, de la carrera de Química Farmacéutico Biológica desarrolló una guía de atención farmacéutica en Náhuatl.
Alan eligió esta lengua indígena porque es la más hablada en el país, después del Español, y porque también tenía un acercamiento previo con ella, al haberla estudiado: “Yo ya tenía nociones del Náhuatl, pero para establecer bien la traducción me contacté con mi maestra (hablante nativa) que conocí en el Museo Indígena, ubicado en la Antigua Aduana de Peralvillo”, explicó en entrevista.
“El náhuatl tiene la característica de ser aglutinante, entonces nos da la oportunidad de crear nuevas palabras a partir de las ya existentes, pero hay que tener mucho cuidado para hacerlo bien”, detalló el químico zaragozano.
En su trabajo “Diseño y desarrollo de una guía de atención farmacéutica en Náhuatl”, Alan presentó una revisión documental con el panorama étnico de México, los problemas arraigados, principalmente de salud; también cómo es la atención farmacéutica, la cual dijo “no está muy desarrollada”.
“Uno de los objetivos, era darle cabida al QFB a nivel comunitario sobre todo en estas comunidades que sufren por la falta de acceso a la salud. También hay que reconocer que ellos tienen sus propios sistemas terapéuticos, que comúnmente llamamos medicina tradicional”.
Se enfrentó a distintos retos; por ejemplo, al egresar de Farmacia Industrial, “no tenía noción de lo que es la farmacia comunitaria, además mi proyecto también se engloba en lo que son las ciencias sociales. Fue muy bueno porque me abrió el panorama”.
Agradeció el apoyo de sus asesores la doctora Elizabeth Guadalupe Sánchez González y el doctor Vicente Jesús Hernández Abad: “Son unos profesionales en toda la extensión de la palabra, tienen una gran trayectoria y me encaminaron a hacer una investigación de calidad”.
A partir de su tesis, Alan se interesó en las ciencias sociales, por ello está estudiando una segunda carrera, Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). En el corto plazo, “me gustaría dedicarme a la docencia, a la investigación, creo que mi línea sería lo que en antropología se llama pensamiento mágico religioso o la antropología médica; me gusta ver cómo distintas formas de pensamiento influyen en el proceso salud-enfermedad”.
Alan señaló que el futuro le gustaría poder aplicar su guía, para ello necesitaría recursos para realizar un estudio etnográfico, pues no quisiera actuar de forma colonialista.
